domingo, 8 de agosto de 2010

Sin noticias de existencia

La vi,
y vi como desmoronaba mi entereza
con tan solo una mirada,
mientras el rocío alcoholizado
su amanzanada sonrisa acariciaba,
oxígeno de necios ahogados
que en mi cabeza sin llamar entraba,
y rendía a su antojo
todo aquello que encontraba:
su aroma dulce y picante
mi olfato embriagaba,
sus fieros ojos melosos
mi vista hipnotizaban,
su sedosa y suave melena
mi tacto maravillaba,
su melodiosa y bella risa
mis oidos apabullaba,
y su blanca y fina coraza
a mi gusto embelesaba.

A.O.M