domingo, 3 de mayo de 2020

Hemofílico por elección

Como habitación que mengua
de manera opresivamente claustrofóbica,
abrazan las afiladas mi sistema coronario,
en un encogimiento torácico
donde todo estás más comprimido que nunca
menos la baraja que consiguió el solitario,
desatada celebrando descontrolada,
asola con las bases de lo socialmente correcto,
que asientan los avances acumulados,
mas obviamente no aseguran el premio,
pues aun habiendo tomado camino sin retorno,
la estupidez o la entraña más tierna
siempre fueron presas de las cenizas
aunque fuera simplemente de manera
loca, enfermiza e irracional,
pues arrancar tu Psyque
para condenarla a la cruz,
sentaba más los clavos en el pino propio
que en sus curtidas pero dulces palmas,
y aún siendo consciente,
el paso tenía que ser dado,
como quien pega la patada al taburete
o sumerge la hoja ente las costillas
dejando en el norte el pectoral siniestro,
horadando la carne entonces fresca,
derramando plasma,
despellejando tejidos,
girando a medida que se abre paso
agrandando el boquete que dibuja
incluso separando ligeramente
las costillas que lo delimitan,
resonando como el crujir de unos nudillos,
que cuando uno mira hacia ese pozo,
el eco de lo tomado golpea como el sonido,
noqueando,abrazando, anudando cuerdas,
y derramando el suero que empapa
las escrituras de lo que cimienta todo,
mas se torna en papel maché.