Huelo sangre

Dan igual los festines,
o cuan a menudo sacie mi sed con sangre mortal,
en el fondo son como beber Cruzcampo para siempre,
habiendo estado acostumbrado a tu exclusiva y cara tostada de abadía.
Así pues, a pesar de que me perdiese en el cañón del colorado,
y pasee en dirección contraria al avance, al futuro,
de vuelta a lo primitivo, simplificando,
voy caminando por ti, voy alejándome de ti.

Da igual cuan placentero sea el cielo,
que el olor sea permanentemente a esencias,
ni que todos los días sean de sopa de cocido,
yo ya no ando, ni paseo, sino corro, a tus brazos, Catrina,
mas espero que una vez juntos me acompañes a las ascuas,
de donde vengo, lo que soy,
y no me lleven a la cola, pues pienso ir en chándal,
ya que no merezco pasar ni me apetece,
que  ya lo mejor tuve y sé cuan odiosas resultan las comparaciones
y el mal regusto que dejan en la garganta los posos del conformismo.

Da igual... No he dejado ni un segundo de hacerlo.

Sadomasoquismo, que está de moda

No puedo ni verte,
ni verte sin pensar,
sin pensar que no estás,
que no estás porque te eché,
porque te eché que ya no huelo tu risa,
que ya no huelo tu risa excepto en sueños,
excepto en sueños, todo idílico,
todo idílico como una de 24/7 antes,
como una de 24/7 siendo par,
siendo par como los mofletes de tu culo,
como los mofletes de tu culo que un día fueron míos,
que fueron míos como mi sangre,
como mi sangre, como tu vida,
como tu vida, tu familia,
tu familia, lo mejor,
lo mejor que eran tus vendajes,
que eran tus vendajes en mi acribillada piel,
en mi acribillada piel sobre tu alfombra,
sobre tu alfombra tu tanga,
tu tanga en mi cabeza colgado,
en mi cabeza colgados tus besos,
tus besos de sofá y caja boba,
de sofá y caja boba como tus hábitos,
como tus hábitos, mejor fuera,
mejor fuera mis mundos,
mis mundos de costras y sarcófagos,
de costras y sarcófagos y trucos de magia,
y trucos de magia creadores de ilusiones
de absurdas ocurrencias incorrectas,
de que lo acontecido no variaría las órbitas estelares,
ni el brillo ni pureza de reflexión
dejando todo igual de bonito,
mas lo roto en el tejido del universo
no hay distancia ni cometa que lo cosa
ni otra vida que seque la lluvia de estrellas bombeadas.

Meh

No, noche,
algoritmo incompleto azucarado,
primavera, verde, ocre, estío,
humareda tronchapechos,
oráculos fríos, flipantes,
previsores de tiempos sin esperanza,
gracias a dios,
¡Mentira!
Ni lo uno ni lo otro,
pues la agonía no cesa,
ni a la nada hay que agradecerle nada,
esclavo del Far Far East,
arrastrado a la actualidad por el pie atado,
el olor del impulso,
la tónica típica:
yo me lo bebo,
yo me lo talo,
socorrista de momentos,
faro del Manzanares,
notorio, significante,
como chupetones en mi cuello,
dejando que acabe de caer el polvo,
tapándolos con él apenado,
pretendo exprimir y licuar mi cráneo,
no vaya a ser que la capacidad se esfume.

Efecto iglú traicionero

Salvaje, doméstico,
mal nacido ilusionista
creador de imperios por la comisura de unos labios
y de terremotos al comer los inferiores,
inundaciones y por ello,
encenagado,
de mierda hasta las orejas,
apretando la soga,
sin frío, por cojones,
usurero textil, cobrando intereses,
sin corazón por tirarlo al piso,
adornando algún que otro felpudo,
con o sin babas,
incluso alguno especulado de gratis,
por falta de profundidad en el asunto,
sin ropa, stripper emocional,
yonki buscando un bankia
tras haber dormido en sábanas de Seda,
abriéndose boquetes en las venas como el ozono
debido al contacto con las emisiones de los CGCs...

Atisbos de cordura

Elenco múltiple de sonidos inertes e irracionales,
invaden hiperpobladas ciudades-estado
con numerosas construcciones ruinosas
de una estirpe adoradora de falsas deidades a tiempo parcial,
para saciar el apetito insano de la majestuosa bestia,
tirana y dictatorial,
cuya única e inequívoca misión
se ve reducida a la de la guía de un protohumano
hacia el sinuoso camino de las cuestiones de lo preestablecido
y el avinagrado don de distribuir la palabra afectuosa
portante en sus genes,
a cambio de un bastión de experiencias vacías
y un sinfín de témpanos temporales de ayer que se funden en las "yamas" de sus dedos, contemplando como inverosímilmente,
lo esperado fue invertido y el superhombre se deshizo de una supuesta esclavitud,
que aún a día de hoy se plantea si fue tal,
y no fue más que la demolición del faro de la tierra prometida,
poseedora del fruto del Edén
y que actualmente,
con todos los burdeles abiertos y todos ya con el dragón liquidado,
no hace de él un Richard Gere, y se hace con su Julia Roberts,
pues teme más que no exista femme tal
que mantiene la agónica sensación tóxica de la esperanza,
verdadera ponzoña del niño perdido,
verdadera cicuta del raciocinio asentimental.