sábado, 31 de marzo de 2018

¿A quién coño le import@?

Hablemos de materias, de colores,
de cómo el gris viene del blanco y del negro,
de que no puedo tener materia gris,
sí en la repartición solo se me quedó el negro.

Hablemos de matemáticas,
de cuando dar más siempre es igual a división,
de que dividirse forzadamente resta,
y despejarse tras eso se plantea imposible.

Hablemos de física,
de la atracción natural de los cuerpos,
de cómo una fuerza aplicada resulta en otra igual
y de cómo esto también significa alejarla.

Hablemos de química,
de reacciones incontrolables,
de cómo el control solo está en los profilácticos,
y de cómo la valencia varía al antojo de una.

Hablemos de astronomía,
de preciosos cielos enlechados,
de cómo se babeaban constelaciones,
y de cómo libros de ahí son textados.

Hablemos de filología,
de mi lengua en tu coño,
de cómo coño se olvida tan pronto,
y de cómo sólo es pronto para algunos tontos.

martes, 20 de marzo de 2018

Qui sap què

Miro las manecillas del reloj,
las escucho,
constantemente,
las siento,
juzgándome inquisitivamente,
camufladas,
marcando un compás de pie quebrado
en el que los únicos pies existentes
son capilares, carne, músculo, plasma,
que constriñen en cada escalada,
a pesar de haber digerido la indiferencia,
a pesar de que los gramos que se creían de vuelta,
los volviese a olvidar en una hoja de cuadros,
inofensiva, a cara perro, fuera de zona mullida,
unos 21,otros 7000,
cada uno lo que puso en el tapete,
a pesar de jugar solo con las fichas de uno,
all in bilateral,
y aun con todo, nunca suficiente,
solo vocablos enormes
que anudan corbatas de soga,
ojos enfermos que amenazan
de la forma que Twitter anhela,
y patean el taburete donde apoyaban
entregadas, desnudas,
las quimeras a paso cambiado.


sábado, 3 de marzo de 2018

Llegar, ver, perder.


Calzarse el hábito de mártir,
mientras las muchedumbres
abren paso al grito de no culpable,
y jaleando frases dignas de tazas
de las que solo tocarías en pedazos
y caminando sobre ellas
para redimir tu ineptitud latente.
Tener el veneno dentro
en tu propia esencia,
ese que marchita cada flor que riega,
ese que en cada ocurrencia
solo genera vientos huracanados
que silencian y arrastran.
Sentirse globo terráqueo
por castigo divino,
al notar el resoplido aliviado
de quien cierra la puerta
en cuanto cruzas el marco,
esa que antes cerraba
con olor a café y camino azul.
Ser meta y dejar de serlo
en el aleteo de un colibrí,
mientras la maquinaria funcionaba
sin parar para mantenerse a flote,
el plomo generado a cada vuelta,
causaba el efecto contrario,
y anudaba con más fuerza la soga
que ahora deja sin respiración
a quien más puso,
recibiendo de bruces 3 cruces,
sin confirmación,
pero aún así la del pecho,
la que más dolió y atormentó.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Autoyo vs deception

Cómo un quiero y no puedo,
dónde ninguna de las 2 opciones es buena,
pues ambas rompen y desgarran,
una sangrando cristal,
otra comiéndose mis entrañas,
ante una pesadilla latente
recibida con los ojos abiertos,
abriendo la posibilidad de estallar,
de volver a sentir como la granada
despedaza mis piezas de Lego por el cuarto,
qué se clavan bajo mis pies al levantarme,
todo por mi supuesta inteligencia,
por mi negligente mirada abrasiva
que reduce a cenizas todos los castillos de naipes
que no sin ayuda levanto,
mas esta vez,
jodiendo más que nunca,
pues no me vi en otra igual.
¡Qué feas son las comparaciones!...
Y qué reveladoras...
¿Para qué?
Para volver a darme la razón
con lo de que no merezco
de la tarta ni un pedazo,
ya que por mucho que chapotee
a cada brazada para alcanzarlo,
solo alejo más el salvavidas.

martes, 6 de febrero de 2018

Deseo de nubes

Como un grito sordo
retumbando en mis papilas,
imán de las ferrosidades de mis labios,
ávidos de escalada,
empezando por las nevadas llanuras,
sobrevolando escrupulosamente el mapa añorado ,
añorado en cada uno de los desmayos de ojos
que no ocurren en su aledaño,
haciendo que se derritan las cimas,
naciendo así el manantial de vida
que hace brotar acuíferos,
que hace crecer la rama,
que no solo es superficie,
pues emana de las entrañas,
que perciben ese aroma,
entre a tréboles ancestrales
y rosas contemporáneas,
bailando al son de la fricción,
de la incredulidad de la dicha,
de los verdes que se clavan
en unos cristalinos azabache,
que miran y halagan,
que miran e intimidan,
que clausuran y desean,
que reabren y te hablan,
que a parte de enfermos,
recelosos de la nada nadan,
mas no encuentran mejor recreo que lo descrito
y ojalá...
y libre...

miércoles, 24 de enero de 2018

La piel que habito, la piel que usufructo, la piel que anhelo

Sismos localizados
al pensar en volver a la niñez,
en volver a jugar a unir los puntos
pero sin orden, sin números,
aquí la lógica no importa, (o no debería)
y sucumbe a las garras
de una sonrisa cómplice,
pues de eso se trata,
de hacerlo lento, fluir, muy lento,
tan poco a poco
que cada pasada de la sin hueso
no deje centímetro a su suave paso
de ese blanco cielo sin explorar,
ese cielo pálido que se tiñe en bermellones,
ese sembrado de otoñales estrellas millones,
ese que reuniría a filósofos, poetas y estudiosos,
para rellenar libros y manuscritos,
dónde dejar constancia, aunque sea un mínimo,
de la belleza y privilegio que supone verlo...
A mí por lo pronto,
el vocabulario se me queda corto,
así que dejaré que esta vez mi boca hable,
pero más muda que nunca.