miércoles, 28 de febrero de 2018

Autoyo vs deception

Cómo un quiero y no puedo,
dónde ninguna de las 2 opciones es buena,
pues ambas rompen y desgarran,
una sangrando cristal,
otra comiéndose mis entrañas,
ante una pesadilla latente
recibida con los ojos abiertos,
abriendo la posibilidad de estallar,
de volver a sentir como la granada
despedaza mis piezas de Lego por el cuarto,
qué se clavan bajo mis pies al levantarme,
todo por mi supuesta inteligencia,
por mi negligente mirada abrasiva
que reduce a cenizas todos los castillos de naipes
que no sin ayuda levanto,
mas esta vez,
jodiendo más que nunca,
pues no me vi en otra igual.
¡Qué feas son las comparaciones!...
Y qué reveladoras...
¿Para qué?
Para volver a darme la razón
con lo de que no merezco
de la tarta ni un pedazo,
ya que por mucho que chapotee
a cada brazada para alcanzarlo,
solo alejo más el salvavidas.

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