Como un grito sordo
retumbando en mis papilas,
imán de las ferrosidades de mis labios,
ávidos de escalada,
empezando por las nevadas llanuras,
sobrevolando escrupulosamente el mapa añorado ,
añorado en cada uno de los desmayos de ojos
que no ocurren en su aledaño,
haciendo que se derritan las cimas,
naciendo así el manantial de vida
que hace brotar acuíferos,
que hace crecer la rama,
que no solo es superficie,
pues emana de las entrañas,
que perciben ese aroma,
entre a tréboles ancestrales
y rosas contemporáneas,
bailando al son de la fricción,
de la incredulidad de la dicha,
de los verdes que se clavan
en unos cristalinos azabache,
que miran y halagan,
que miran e intimidan,
que clausuran y desean,
que reabren y te hablan,
que a parte de enfermos,
recelosos de la nada nadan,
mas no encuentran mejor recreo que lo descrito
y ojalá...
y libre...
martes, 6 de febrero de 2018
Deseo de nubes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario