Silicon March

La culpa fue de mi falta de acierto,
de que los méritos necesarios
nunca encotrasen su primavera,
y yo no supiese proporcionársela,
después de toparme súbitamente
con el amor en los labios,
y yo saborease con gusto su colonia,
después de conseguir un privilegio,
llegado sin merecimiento alguno,
por el que jugarse el sueño,
y el sustento y la bebida,
y de ser esto el pilar de mis sonrisas
y el más dulce manjar probado
y yo no tener nada valioso como ofrenda,
pretender apresar su imagen,
intentando impedir que la bruma lo tragase,
tirando de la soga que le ofrecí
pero nunca asió,
se desvaneció ante mi faz,
sembrando un vacío perpetuo
que por mucho que busque nada llena,
porque lo que necesito ya lo encontré
pero no me pertenece.
no lo hizo, ni lo hará jamás.