sábado, 26 de septiembre de 2015

Egoista

Elegí por ti...
Elegí Harakiri por ti...
Arrancarme la esencia,
dejarla atada a la farola hasta que salieses de comprar
y después,
dejarte el gusto de conducir hasta una remota gasolinera,
donde con mi inestimable ayuda,
abandonarla,
junto con la paciencia del ambiente,
y las garrafas de lágrimas,
para que no vuelva,
pero no seamos acusados de desalmados de dejarla morir de sed,
porque aunque tú no lo sepas,
ni nadie lo note,
ni siquiera ella misma,
la alimento varias veces al día,
abro la cartera y me encargo de ello,
es más,
no hay misión más simple,
pues no se mueve, está esperando, ahí, inerte,
dejándose acariciar,
pero mirando al horizonte, ingenua,
para cuando vuelvas para recogerla,
ahí, al lado de la corona de flores con mi nombre
y un cariñoso "shh pero es un secreto"aferrado a las costillas,
soldado como parche de cordura,
soldado
como el que sabe que no volverá
y escribe cartas que nadie llegará a leer...


Bueno, aquí os lo dejo leído por mí.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Las patatas fritas gratis más grandes del mundo

Solamente
intento
lidiar con ello.
Venerarte no es nuevo,
incluso cuando menos lo parecía
ahí, más que nunca...
Mascando el sabor amargo del error,
ultimando cada trago que no hidrata,
ñacaniná exprimida en la garganta, cicuta,
obstruyendo las venas que unen mis neuronas,
zumbando así constantemente mi sentido arácnido
aunque no haya peligro aparente, mas
teniendo la soga al cuello
improbable es que no hayan accidentes,
empezando por, A, temblores habituales,
nada desconocido para ti, a,
Z, pérdida del apetito vital,
al intercambiar los rehenes de tu vida por la mía.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Esperanjismos


Atravesado,
no por gusto,
por instinto,
de negra lana,
que es distinto
a cuando otras veces
tinté mis mejillas,
ni punto de comparación,
y ni por asomo,
a cuando se me levanta
y no eres el punto,
no es difícil,
es animal,
no mental,
ni mucho menos sentimental,
pero si cuando no escupe,
o mientras rondo comparando,
con reparo, no creas,
pero no queda otra,
tras derramar agua salada
en nuestra babosa cerebral,
empujándonos fuera del ojo del huracán,
mareado del miedo,
miedoso de tu mareo,
como pintor acabando su obra maestra
para después apuñalarla
mientras acuchilla su vida,
cuando era su porqué,
y aunque los pedacitos del lienzo
cual esquirlas en chaparrón
desgarrasen nuestros abrazos,
(o el que nunca llegó,)
y cada boca a boca
nunca fueron en la historia
más salvavidas que los nuestros,
pura poesía de la buena,
de esa de los libros de literatura,
de los genios del 27,
no como esta,
esa como la inesperada chusta,
que no solo no disgusta,
si no que halaga y hace el deleite,
al contrario que tú y yo,
no sé si nosotros,
pero éramos tan tirarnos de cabeza al desierto
y luego bebernos las heridas
lamiéndonos la sequía a Paulaners.