sábado, 27 de marzo de 2010

Soneto

El ébano se encarama en el cielo,
y no se presenta la blanca dama,
que enfadada yace sobre su cama
sollozando,ávida de algún consuelo.

que dice que ya noes quien más reluce
cuando en su oscuro paseo se exhibe,
que en la tierra hace años que vive
la más bella, que envidia le produce.

Más preciosos que el tisú sus cabellos,
de labios carnosos y jaspeados,
de ojos que emiten sus propios destellos

Provista de un cuerpo y alma soñados,
que la convierten en algo especial
y a los que la sueñan, en degraciados.

A.O.M.

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