lunes, 12 de marzo de 2012

Hipoestenia cardíaca universal



Escupe fuego por la boca
y no es un dragón,
no tiene escamas
pero es una víbora,
su lengua bífida
se reproduce descontroladamente
en el doble cromosoma X,
aflora, inevitable,
al igual que la pota
ahoga al borracho bocaarriba
tras 2 botellas de tequila.

El ardor abrasivo de su aroma,
maquilla mi cara con ácido sulfúrico,
abre mis poros cual sauna
y calienta mis cascos,
mientras las arcadas
escalan mi esófago,
la rabia inmunda y tóxica
del sibilino e inevitable veneno
de la costilla de Adán
me obliga a perder el juicio.

Títeres en sus manos
en el escabroso espectáculo
de "nuestras" vidas,
nos arrastramos sometidos
sobre un sendero de cristales bordeado,
con los ojos y el corazón vendados
dejandonos controlar,
a riesgo de que en un renuncio
nos desollemos los pies
a la orden de su bilis.

Criaturas hipócritas,
polares y bipolares,
criaturas cándidas,
finas y delicadas,
criaturas cíclicas,
apolíneas y dionisíacas,
criaturas caóticas,
pasionales y lógicas,
criaturas aparentes,
calculadoras y envidiosas,
criaturas que pruebas,
enganchan  y consumen,
criaturas talladas en música,
versos y prosas,
criaturas que lo que gastan de maldad,
lo tienen de imprescidibles,
perfectas y preciosas.

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