Sólo con un latido es suficiente,
obnuviláis sin querer a una cabeza ya de por sí atolondrada
con la misma facilidad pasmosa
con la que con un simple gesto, los acordes y notas
que inundan mi cabeza por unos cutres auriculares,
se me asemejen un poco a vuestra pulcritud.
El fino aroma de esos instantes,
abrasa mi crebro como el hierro al ganado,
ocupa un nuevo espacio en el disco
y pierdo otro poco de RAM permanentemente
para recordar vuestro recuerdo.
Sois tan perfectas, que doleis,
doleis con tan solo una mirada,
y os clavais dentro desgarrando
con que la luna creciente
dibujeis en vuestra faz.
Es un dolor tan dulce
que amarga el mero hecho
de que solo provenga del pasado, o aún peor,
que os repitais constantemente en mis narices,
y rechinen mis dientes al ver un invisible cartel
de "Se mira pero no se toca".
Todo porque con solo en un segundo
puedo enamorarme,
con 2 más, adorar y besar el suelo que pisáis,
sin embargo, sí necesito más de 86 400
para llegar a querer a una deidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario