martes, 21 de abril de 2015

El mea culpa del Confiteor

La mató,
a base de amargos cruces
y piedras,
ahogó su bonita y tierna tez,
antes incluso de ser concebida,
antes de que fuese si quiera
bilateralmente soñada...

Ella, la que compartiría nombre,
la que correteaba entre flores,
bajo la atenta mirada de su madre,
en el bocadillo esponjoso
de la febril mente de su padre....

Estranguló su delicado cuello,
contenedor del núcleo de papá,
el que se fue,
el que se repartió en el vacío,
cuando cayó la isla desierta,
cuando se marchó mamá...

No hay comentarios:

Publicar un comentario