miércoles, 12 de agosto de 2015

Si esto es normal, que baje Dios y lo vea. Baja...

Un poco es fácil,
aparentar, fingir,
hacer que las hojas se precipiten,
intentar no mirar sus bordes chocolate,
¿que no gusta? No es de fiar,
la verdad,
con conocimiento de causa,
cosa que a veces escaseó,
y ese fue el primer clavo,
que no quedó soltero,
si no que le acompañó un segundo,
por gracia divina,
esa que inundaba salas,
y seguramente sigue en ello,
pero sin apóstol que lo date,
sin devoto que realmente la venere,
 pero la pareja se hizo trío,
cayendo hendido a mis pies,
para terminar de condenarme en la cruceta,
de la mano del peso de los latigazos,
ayudantes a que la lanza de mi costado
a modo de retorno sin el mismo
diese a luz a mi desidia,
asesinando el mito de ser el salvador,
al abrir los ojos abandonado en mi sepulcro,
y ver mi vida inerte,
cuando debía estar resucitando.

Por tu gracia.

No dejeis que los niños se acerquen a mi. Salvaos vosotros que aún no os habéis decepcionado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario