martes, 16 de diciembre de 2014

El ramo seco entre las páginas. Narciso ambarino



Existen bellezas efímeras,
bellezas que parpadean en su natalidad,
y parpadean en su óbito,
perpetuas bellezas innatas,
que florecen,bellezas,
que con su dulce aroma
atraen hordas de ojos incautos
que apenas pueden apreciar
los minuciosos detalles,
esa faz de Nefertiti,
merecedora de las millones de bajas en el frente,
caballos de Troya y autoinmolaciones necesarias,
por una guerra Santa de verdad,
para que al abrir los ojos,
los besayunos la tuvieran de protagonista,
y las oscuras constelaciones de mi cuerpo dibujaran su nombre,
mas las miradas vacías engañan,
y encaraman falsas sensaciones
a altares de enredos y mentiras,
donde la satisfacción personal
alimenta su absurda de reconocimiento voracidad,
lo que aplasta las vibraciones intrasensoriales
causantes de que se parase hasta el tráfico de plasma,
y que el atasco coagulase en manzanas sonrosadas
e instantáneas artificiales de recuerdos futuros deseados,
y al aplastar, esparcía en átomos la ortografía de su anatomía,
buscando que analfabetos fusionasen las piezas exaltadas
sin generar energía expansiva y quedase tal cual estaba,
pero nada más lejos de la realidad,
y con ello transformaba los versos cálidos
de admiración estelar,
en ocelos tristes, iris grises, pupilas compasivas
y retinas que aún recordaban nostálgicas épocas doradas...


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