domingo, 29 de marzo de 2015

163 cabezazos contra la pared

Desearía conocer el amanecer,
que no quedase tan lejos su existencia y mi supervivencia.
Me agradaría inmensamente que el oro,
no se hubiese alejado en Ag! Plata,
vulgar y simple plata,
tan solo por bocados mudos en una extensión afín.
Pero más aun agradecería,
es más veneraría y serviría por siempre
en este preciso primero, que no segundo,
pues es de máxima prioridad,
a quien mediante un complejo sistema de poleas y cuerdas,
fuese capaz de  hacer que ella echase un ojo a mi propaganda,
que la persuadiese de que el otoño de los día grises
y las noches soleadas no se marchitó,
ni apagó la caldera a pesar de que las sepultasen toneladas de nieve,
ni aún malgastando energía, se apagará,
que desearía no haberme suicidado ese viernes sin abrazo,
no haberme desenchufado de aquel aparato que bombeaba mis latidos,
no haberme convertido en secreto a voces,
en el primer ser humano
que sobrevive a una donación existencial,
y por castigo solo vive para contarlo.

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