martes, 18 de diciembre de 2012
Yo, soy yo, y las chupitos que me faltan
Tumbado en el suelo,
agobiado por el calor,
se arrastra buscando
alguna sombra que le cobije,
atento y leal,
al silbido del alguna de sus dueñas
acude raudo y veloz,
ladra, saca la lengua,
rueda, se echa, se hace el muerto.
Se tumba porque quiere,
no quiere hacer nada,
no encuentra el gato al que perseguir,
ni la comida que tanto le gusta,
no encuentra su hueso enterrado,
ni la recompensa prometida,
solo encuentra patadas,
burlas y tirones de orejas,
y sin embargo,
a sus pies siempre está,
con una sonrisa en su corazón,
no conoce rencores,
a pesar de conocer el dolor,
no aprende de sus errores,
y en tu alfombra duerme mejor.
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